
El balneario Agua Azul pudo abrir sus puertas, a más de un año de la pandemia. Sin música ni cerveza en mano, en esta ocasión les basta a los poblanos con tender sus toallas bajo el sol, trenzarse el cabello y zambullirse en el agua de las albercas. Otros preparan los asadores y la carne que llevan para pasar el día de asueto. www.eluniversalpuebla.com.mx
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